lunes, 18 de junio de 2012
¿Qué somos sin los demás?
¿Qué son los sentimientos sin alguien con quien compartirlos? Una persona puede sentir alegría pero si esa alegría no la comparte, no la muestra, servirá a un fin pequeño y acabará por desaparecer. Una persona puede sentir tristeza pero si no lo demuestra, si no la expresa, nadie podrá ayudarla a superarlo y permanecerá en la persona hasta consumirla. Una persona puede sentir odio pero si no se libera de él, la reconcomerá por dentro y acabará por destruirla. Una persona puede sentir amor, un amor tan puro como un inocente bebé, como una paloma blanca, como un ave fénix, pero si ese amor no se comparte con la persona amada sólo llevará a un dolor interno que creará odio y asco hacia la propia persona y que le hará preguntarse ¿por qué? ¿Por qué yo no soy amada así? Quizá sí lo sea, quizá sólo tenga que superar el miedo a los demás, el miedo al rechazo y dejarse llevar por sus sentimientos hacia mundo inexplorado, hacia mundos salvajes que le harán ser una persona completa, feliz y que esté en paz consigo misma. Pero quizá no sea así, quizá sea rechazada, la posibilidad existe, está ahí, negarla es absurdo.Entonces habrá que luchar, no hay que rendirse fácilmente, hay que buscar otras salidas, otros hombros sobre los que apoyarse y continuar el camino, continuar la búsqueda de nuestro yo.
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